Otra Vez Sin Nada

No sé por qué, ni cuando ocurre,
da igual si vas despistado por la vida
o siempre tienes claro donde aparcas,
al bar a tomar cañas o a la esquina
a comprar el periódico manchado de palabras,
cuando menos lo esperas te saltan las alarmas
sin luces de colores
ni estridentes sonidos de bocina
y si eras algo, ya no eres nada
tus huellas van pisando milímetros de arribas
y sientes que te sales de tu estampa
libre, sin ataduras, desnudo de mentiras.

Y tú que te pensabas
que iba a ser un día como todos
como ayer, un día cualquiera
de otra idéntica semana.
Pues ya ves no es así,
parece que llego ese día que esperabas
y coges la libreta y escribes cuatro rayas,
no hacen falta más, cuatro, justo las necesarias.

Que vida tan exigua llevamos empeñados en la nada
que cuando nos liberan
nos quedamos colgados en la misma rama,
hay milagros
que tienen por costumbre arañarnos por la espalda
pero nos iluminan
la oscuridad no siempre es mala
y noto que se llena de luz el alma
volátil como el céfiro viento de la almohada
y vuelves a ti mismo
sintiendo nuevamente que te apagas
menos mal
que siempre está ese aire que te respira y te calma
y sigues el camino de las verdaderas causas
riendo despacito
llorándote palabras
las huellas caminando
con seis pares de alas
pero, otra vez sin nada.

Condevolney 2010 ©