Soledades de Luz

Hoy se lleno la arena de fuego
y aun no tenían edad para el sacrificio
pero arrimaban sus cuerpos
en una espiral de círculos
consagrados al chaman
de ardiente viento que les hablaba:
-los signos son los propicios, la luna no brilla llena
aun nos queda un haz de cielo para romper las cadenas-
y saltaron cien mil chispas como alas
surcando el anhídrido espacial que todo alumbra
por un momento alguien noto que las pieles despertaban
pero no tuvo la valentía de gritarlo
poco a poco todos lo fueron sintiendo
y empezaron a frotar sus pieles, a abrazarse
a fundirse, a engastarse,
a protegerse de la parca con un abrazo infinito.
Y el mar, garante del suceso
se arrodillo ante la muchedumbre
gesto que siguieron todos,
y allí arrodillados en espirales círculos,
“se escucho la voz de Dios”
también la escucharon el mar y el cielo,
la voz nacía de lo más profundo de cada ser
idéntica en color y tono,
llegando hasta los demenciales confines de la memoria.
Y la tierra tembló tres veces dando su absolución
enanos y gigantes se dieron la mano dos mil veces
y empezaron a crecer verdes ideas en las risas
sentimientos que se iban de copas con sabias miradas
los pensamientos contaron hasta diez antes de soñar
y la verdad se puso su traje de domingo,
sin mentiras,
salió el Sol guiñando su verbo más esdrújulo
y todos se pusieron manos a la obra
como si de un solo ser se tratase, el único ser,
la soledad por fin se había encontrado
y nunca más se volvió a hablar de ella.
Condevoleny 2010 ©
