Poema Cubista

Eneágono del alma,
hexágono que tienes
el corazón de triángulo,
que te crezcan decágonos
en el vientre geométrico
que engendra tus segmentos.
Poliedro del espacio,
que tus caras se alisten
al ejercito cóncavo,
que arista a arista rige
al gran icosaedro
cual sólido platónico.
Tetraedro truncado,
siendo poliedro menor
parido del octágono,
se te viven los vértices
cual si fueran tiroides
del sólido de Arquímedes
Moriángano silvestre,
conviértete en miriágono
diez mil veces más fuerte,
para llegar a megágono
hay que ser cero ausente
en un mar de polígonos.
Condevolney2011©
